Renunciar no tiene por qué ser algo traumático. Es una instancia que puede ser aprovechada para dejar una huella en la empresa. |
Renunciar a un trabajo nunca es fácil, es una tarea que
demanda algo de tiempo y planificación, para que no se vuelva un desastre tanto
para vos como para tu jefe.
Con estas sugerencias el proceso será lo suficientemente gradual
como para que no te genere un trauma y quedes bien con quien hasta entonces ha sido
tu empleador.
Si tenés intenciones de independizarte, muchas veces pasa
que tus primeros clientes son las empresas en las cuales trabajaste en relación
de dependencia, tercerizando un área.
Por otra parte ¡tu antiguo jefe es tu referencia laboral
obligada y más importante!
En definitiva, la empresa que estás dejando puede ayudarte
de muchas maneras: contactos, know how, mentoring y respaldo de marca.
Pasamos de lleno a los tips.
1. Habilitar formas de contacto no corporativas.
Muchos empleadores, sobre todo si son grandes corporaciones,
proveen a sus empleados computadoras portátiles, tablets y celulares, para que
el empleado desarrolle todo su potencial sin incurrir en gastos. También le
exige la utilización de direcciones de correo o cuentas de redes sociales bajo
dominio corporativo. Todo esto hay que reintegrarlo si renuncias, y todos tus
contactos perderán tu rastro.
Es por ello que una de las primeras medidas que deberías tomar,
es habilitar formas alternativas de contacto que dependan solo de vos y
ocuparte discretamente de darlas a conocer. Si no querés dar tu número privado,
sacá un nuevo celular destinado exclusivamente a tu profesión o emprendimiento,
y una dirección de correo electrónico con la misma finalidad (también quizás
una página profesional en facebook).
No esperes a renunciar para hacerlo; ya será tarde. Comenzá
a reposicionarte ante los contactos corporativos unos meses antes.
2. Más activo en redes sociales.
Tiempo antes de renunciar deberías empezar a ganar
notoriedad en redes sociales (Linkedin – Facebook), pensando en ganar
exposición ante potenciales empleadores o clientes. Recordá que posicionarte
por estos canales lleva tiempo.
Pero no lo hagas sin una visión, reflexioná profundamente en
qué área o industria te querés desarrollar, eso debería orientar todas tus
actividades en redes sociales.
No esperes a
desvincularte para comenzar, anticipate.
3. Crear bases de datos.
Imaginá cómo y dónde querés trabajar. A partir de ahí comenzá
a recabar datos y guardalos sistemáticamente.
Empresas interesantes, datos de contacto de posibles empleadores
o potenciales clientes, qué están publicando, qué requieren profesionalmente,
fijate qué están haciendo tus competidores o los profesionales que son tus
referentes.
Investigar estas cosas, te va a ayudar a saber por dónde
pasa la demanda laboral específicamente de tu sector.
4. Renuncia cara a cara.
Se ve más profesional, auténtico y frontal. Además renunciar en persona y no a
través de un telegrama, email o mensaje, a través del diálogo, pueden surgir
nuevas posibilidades de un vínculo con la empresa (o con tu jefe), que
sobreviva a la renuncia.
Planificá y ensayá ese diálogo, para que no dejes ningún
punto sin tocar.
5. Notificar con la suficiente anticipación.
Cuanta mayor responsabilidad implique tu cargo, mayor
debería ser la anticipación con la que comuniques tu decisión de desvincularte.
Encontrar una persona con un perfil que pueda reemplazarte,
es un proceso que lleva tiempo y posiblemente el hecho que quede vacante el
puesto, puede significar un grave perjuicio a la empresa y a tu jefe. Sobre
todo si está en pleno desarrollo de un proyecto, una baja en el equipo de
trabajo, puede significarle un retraso y por consiguiente un perjuicio profesional.
Avisar con anticipación va a demostrar tu consideración
hacia los demás miembros del equipo y mejora la predisposición a apoyarte en tu
reinserción profesional.
6. No te sientas la obligación de dar explicaciones.
Si bien cualquier empresa que se preocupe de sus empleados
querrá indagar en los motivos de tu renuncia (quizás para mejorar, quizás para
tentarte a que no los dejes), no tenés obligación de brindar esa información y
deberías mantenerte firme, siempre apelando a buenos modos.
Por otra parte dar explicaciones sin que te las hayan
pedido, puede sonar a excusas y debilitar tu imagen.
7. No hagas un drama.
No conviertas tu renuncia en un melodrama y mantenete
siempre con una actitud profesional. Aún cuando las causas de la desvinculación
tengan que ver con lo emocional, no es necesario cargar el proceso de
dramatismo y reclamos inconducentes. Esto debilitaría tu imagen y cerraría
puertas. ¿Recomendarías a alguien que demuestre una emocionalidad negativa o
inestable?
8. Ser cauto en la entrevista de desvinculación.
Relacionado a los dos puntos anteriores, algunas empresas
realizan, a quienes han renunciado, una entrevista a cargo del área de RRHH. En
esto hace falta ser cauto:
Preparar dicha entrevista. Recordar y anotar las vivencias,
todo lo aprendido y aquello por lo cual estar agradecido.
Una vez en la entrevista:
Resaltar los aspectos positivos de tu paso por la empresa.
Exponer los puntos negativos como aspectos a mejorar y fundamentarlos
con hechos.
Evitar, en lo posible, alusiones personales de cualquier clase.
Si pensás que no vas a poder controlar tu ira si hablás de
la empresa o algún compañero de trabajo, siempre es mejor contestar lo
indispensable y guardarte las explicaciones, para no generar una mala última
impresión.
9. Ir directo al grano
Si vas a preparar una carta de renuncia, evitar los
circunloquios, la pompa y demasiadas explicaciones.
Solo exponer que se renuncia y si lo crees conveniente un
sólido e inapelable motivo.
10. Crear un manual para tu reemplazo
Otra buena medida es preparar con tiempo, un documento que
resuma tus principales actividades y cómo realizarlas, poniendo énfasis en esos
pequeños detalles no escritos que son necesarios para que todo fluya en el
trabajo.
El mundo no se acaba porque hayas renunciado, la empresa y
tu equipo se van a adaptar y seguirán adelante, por lo tanto, ¿Por qué no
aprovechar esa última oportunidad de colaborar y así reforzar tu imagen
profesional?
Además, vas a ahorrarte muchas llamadas del tipo “¿cómo hacías…?”
o “¿dónde guardaste…?”
No hace falta que sea extenso, solo resaltar los puntos
clave para que tu reemplazante se integre cuanto antes y de la forma más fácil.
11. Revisar aspectos legales y reglamentos internos.
Para evitar problemas legales, siempre es muy recomendable
empaparse con tiempo de las implicancias de la renuncia. Sobre todo si se ocupó
un puesto de alta responsabilidad, puede que hayas firmado contratos de
confidencialidad, de no competencia y otros, que estaría bueno repases, para no
afrontar futuros reclamos.
12. Evitar ser chanta.
Que hayas comunicado tu renuncia implica que debés continuar
con tus obligaciones hasta el último día de trabajo, ya que vas a cobrar por
ello. No cometas el error de trabajar a media máquina o dar que hablar, al
convertirte en un empleado mañoso. Por el contrario, dejá huella demostrando tu
profesionalismo, cumpliendo tus tareas de manera impecable hasta el último
minuto en la empresa.
13. Atar los cabos sueltos.
Dejar cosas inconclusas o simplemente desaparecer del mapa
causará desconcierto y una muy mala impresión. Dejá terminadas todas tus tareas
y debidamente presentadas ante tu superior o compañeros. En el caso que no
cuentes con el tiempo necesario para hacerlo, documentá debidamente las
instrucciones para su finalización o al menos los criterios seguidos en el desarrollo
del trabajo inconcluso. De esta forma reforzarás una imagen de persona
confiable, lo cual tendrá peso si alguien llama pidiendo referencias de vos.
14. Comenzar a hacer algo de caja.
Es bastante recomendable que obtengas ingresos de manera
concomitante a tu trabajo, si estás planificando la renuncia. Así vas a quitar
mucha presión a la renuncia y ayudará a despejar las dudas que pudieran
asaltarte al momento de concretarla.
15. El tiempo de tu lado.
Siempre que surjan retrasos para incorporarte a un nuevo
empleo, comunicalo de inmediato a las partes implicadas. Se trata de lograr que
el proceso de cambio laboral sea lo más pacífico posible, tanto para tu ex jefe
como para el nuevo.
Solo un poco de planificación, y un evento potencialmente
conflictivo como es un cambio de trabajo (o de vida), puede ser transformado en
una oportunidad para reforzar tu imagen profesional y dejar una muy buena
última impresión.
Seguimos la conversación en nuestro grupo en Facebook:
Marcas Contables. Nos leemos allí.
Saludos y hasta el próximo material.•
Fuente (parcial): entrepreneur.com
Foto: Pixabay
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