domingo, 7 de agosto de 2016

15 tips para renunciar en 3 meses y quedar genial

Renunciar no tiene por qué ser algo traumático. Es una instancia que puede ser aprovechada para dejar una huella en la empresa.
Renunciar a un trabajo nunca es fácil, es una tarea que demanda algo de tiempo y planificación, para que no se vuelva un desastre tanto para vos como para tu jefe.
Con estas sugerencias el proceso será lo suficientemente gradual como para que no te genere un trauma y quedes bien con quien hasta entonces ha sido tu empleador.

¿Por qué es importante quedar bien en una desvinculación laboral?
Si tenés intenciones de independizarte, muchas veces pasa que tus primeros clientes son las empresas en las cuales trabajaste en relación de dependencia, tercerizando un área.
Por otra parte ¡tu antiguo jefe es tu referencia laboral obligada y más importante!
En definitiva, la empresa que estás dejando puede ayudarte de muchas maneras: contactos, know how, mentoring y respaldo de marca.

Pasamos de lleno a los tips.

1. Habilitar formas de contacto no corporativas.
Muchos empleadores, sobre todo si son grandes corporaciones, proveen a sus empleados computadoras portátiles, tablets y celulares, para que el empleado desarrolle todo su potencial sin incurrir en gastos. También le exige la utilización de direcciones de correo o cuentas de redes sociales bajo dominio corporativo. Todo esto hay que reintegrarlo si renuncias, y todos tus contactos perderán tu rastro.

Es por ello que una de las primeras medidas que deberías tomar, es habilitar formas alternativas de contacto que dependan solo de vos y ocuparte discretamente de darlas a conocer. Si no querés dar tu número privado, sacá un nuevo celular destinado exclusivamente a tu profesión o emprendimiento, y una dirección de correo electrónico con la misma finalidad (también quizás una página profesional en facebook).
No esperes a renunciar para hacerlo; ya será tarde. Comenzá a reposicionarte ante los contactos corporativos unos meses antes.

2. Más activo en redes sociales.
Tiempo antes de renunciar deberías empezar a ganar notoriedad en redes sociales (Linkedin – Facebook), pensando en ganar exposición ante potenciales empleadores o clientes. Recordá que posicionarte por estos canales lleva tiempo.
Pero no lo hagas sin una visión, reflexioná profundamente en qué área o industria te querés desarrollar, eso debería orientar todas tus actividades en redes sociales.
 No esperes a desvincularte para comenzar, anticipate.

3. Crear bases de datos.
Imaginá cómo y dónde querés trabajar. A partir de ahí comenzá a recabar datos y guardalos sistemáticamente.
Empresas interesantes, datos de contacto de posibles empleadores o potenciales clientes, qué están publicando, qué requieren profesionalmente, fijate qué están haciendo tus competidores o los profesionales que son tus referentes.
Investigar estas cosas, te va a ayudar a saber por dónde pasa la demanda laboral específicamente de tu sector.

4. Renuncia cara a cara.
Se ve más profesional, auténtico y  frontal. Además renunciar en persona y no a través de un telegrama, email o mensaje, a través del diálogo, pueden surgir nuevas posibilidades de un vínculo con la empresa (o con tu jefe), que sobreviva a la renuncia.
Planificá y ensayá ese diálogo, para que no dejes ningún punto sin tocar.

5. Notificar con la suficiente anticipación.
Cuanta mayor responsabilidad implique tu cargo, mayor debería ser la anticipación con la que comuniques tu decisión de desvincularte.
Encontrar una persona con un perfil que pueda reemplazarte, es un proceso que lleva tiempo y posiblemente el hecho que quede vacante el puesto, puede significar un grave perjuicio a la empresa y a tu jefe. Sobre todo si está en pleno desarrollo de un proyecto, una baja en el equipo de trabajo, puede significarle un retraso y por consiguiente un perjuicio profesional.
Avisar con anticipación va a demostrar tu consideración hacia los demás miembros del equipo y mejora la predisposición a apoyarte en tu reinserción profesional.

6. No te sientas la obligación de dar explicaciones.
Si bien cualquier empresa que se preocupe de sus empleados querrá indagar en los motivos de tu renuncia (quizás para mejorar, quizás para tentarte a que no los dejes), no tenés obligación de brindar esa información y deberías mantenerte firme, siempre apelando a buenos modos.
Por otra parte dar explicaciones sin que te las hayan pedido, puede sonar a excusas y debilitar tu imagen.

7. No hagas un drama.
No conviertas tu renuncia en un melodrama y mantenete siempre con una actitud profesional. Aún cuando las causas de la desvinculación tengan que ver con lo emocional, no es necesario cargar el proceso de dramatismo y reclamos inconducentes. Esto debilitaría tu imagen y cerraría puertas. ¿Recomendarías a alguien que demuestre una emocionalidad negativa o inestable?

8. Ser cauto en la entrevista de desvinculación.
Relacionado a los dos puntos anteriores, algunas empresas realizan, a quienes han renunciado, una entrevista a cargo del área de RRHH. En esto hace falta ser cauto:
Preparar dicha entrevista. Recordar y anotar las vivencias, todo lo aprendido y aquello por lo cual estar agradecido.
Una vez en la entrevista:
Resaltar los aspectos positivos de tu paso por la empresa.
Exponer los puntos negativos como aspectos a mejorar y fundamentarlos con hechos.
Evitar, en lo posible, alusiones personales de cualquier clase.
Si pensás que no vas a poder controlar tu ira si hablás de la empresa o algún compañero de trabajo, siempre es mejor contestar lo indispensable y guardarte las explicaciones, para no generar una mala última impresión.

9. Ir directo al grano
Si vas a preparar una carta de renuncia, evitar los circunloquios, la pompa y demasiadas explicaciones.
Solo exponer que se renuncia y si lo crees conveniente un sólido e inapelable motivo.

10. Crear un manual para tu reemplazo
Otra buena medida es preparar con tiempo, un documento que resuma tus principales actividades y cómo realizarlas, poniendo énfasis en esos pequeños detalles no escritos que son necesarios para que todo fluya en el trabajo.
El mundo no se acaba porque hayas renunciado, la empresa y tu equipo se van a adaptar y seguirán adelante, por lo tanto, ¿Por qué no aprovechar esa última oportunidad de colaborar y así reforzar tu imagen profesional?
Además, vas a ahorrarte muchas llamadas del tipo “¿cómo hacías…?” o “¿dónde guardaste…?”
No hace falta que sea extenso, solo resaltar los puntos clave para que tu reemplazante se integre cuanto antes y de la forma más fácil.

11. Revisar aspectos legales y reglamentos internos.
Para evitar problemas legales, siempre es muy recomendable empaparse con tiempo de las implicancias de la renuncia. Sobre todo si se ocupó un puesto de alta responsabilidad, puede que hayas firmado contratos de confidencialidad, de no competencia y otros, que estaría bueno repases, para no afrontar futuros reclamos.

12. Evitar ser chanta.
Que hayas comunicado tu renuncia implica que debés continuar con tus obligaciones hasta el último día de trabajo, ya que vas a cobrar por ello. No cometas el error de trabajar a media máquina o dar que hablar, al convertirte en un empleado mañoso. Por el contrario, dejá huella demostrando tu profesionalismo, cumpliendo tus tareas de manera impecable hasta el último minuto en la empresa.

13. Atar los cabos sueltos.
Dejar cosas inconclusas o simplemente desaparecer del mapa causará desconcierto y una muy mala impresión. Dejá terminadas todas tus tareas y debidamente presentadas ante tu superior o compañeros. En el caso que no cuentes con el tiempo necesario para hacerlo, documentá debidamente las instrucciones para su finalización o al menos los criterios seguidos en el desarrollo del trabajo inconcluso. De esta forma reforzarás una imagen de persona confiable, lo cual tendrá peso si alguien llama pidiendo referencias de vos.

14. Comenzar a hacer algo de caja.
Es bastante recomendable que obtengas ingresos de manera concomitante a tu trabajo, si estás planificando la renuncia. Así vas a quitar mucha presión a la renuncia y ayudará a despejar las dudas que pudieran asaltarte al momento de concretarla.

15. El tiempo de tu lado.
Siempre que surjan retrasos para incorporarte a un nuevo empleo, comunicalo de inmediato a las partes implicadas. Se trata de lograr que el proceso de cambio laboral sea lo más pacífico posible, tanto para tu ex jefe como para el nuevo.

Solo un poco de planificación, y un evento potencialmente conflictivo como es un cambio de trabajo (o de vida), puede ser transformado en una oportunidad para reforzar tu imagen profesional y dejar una muy buena última impresión.
Seguimos la conversación en nuestro grupo en Facebook: Marcas Contables. Nos leemos allí.

Saludos y hasta el próximo material.•

Fuente (parcial): entrepreneur.com
Foto: Pixabay 
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